las 18:43 minutos poseía el color sepia y turbio de las personas difuntas, el amarillo melancólico de la plata/gelatina de las fotografías antiguas, el sucio oscuro del ataúd que me recibe.
...tus manos aun, delgadas, frías...convexas casi violáceas por las cuales entre tus inquietas e insinuantes venas, corre un secreto abnegado. Tú cuerpo con múltiples gestos frenéticos similar a un solo de guitarra inmovilizados en medio de un concierto vació en vivo.
Justo ahora que continuas empañando con tú des coordinada y degradada respiración el crucifijo de cristal.
...y yo aquí esperándote
aquí existiendo por la dignidad de lo indigno. |
casi trasparente de anemia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario